A cien años del nacimiento de René Favaloro, el recuerdo de su «nieta» Laura: «Para él nada se conseguía sin esfuerzo»

Su vínculo cercano, los valores y la huella imborrable que dejó en ella el gran cardiólogo argentino. «Compartíamos muchísimos momentos juntos durante mi infancia y adolescencia, era cariñoso, solidario y teníamos un vínculo tan cercano que todos los fines de semana venía a casa», recordó Laura en una nueva entrega de «Herederos».
A Laura le gusta decir que René Favaloro era su abuelo, aunque él nunca tuvo hijos. Pero algunas cosas no se definen de manera exacta y si el gran cardiólogo argentino jugaba con ella, le cocinaba y compartía muchísimos momentos únicos e inolvidables ¿a quién puede importarle la corrección en el término? ¿A quién le interesa que en realidad ella era su sobrina-nieta?
Laura es hija de uno de los sobrinos de René, quien tuvo una gran relación con el creador del bypass y hasta trabajó a su lado. Con el tiempo, la relación de Favaloro con esta familia se volvió mucho más cercana que lo que indica el árbol genealógico, al punto que ella también heredó aquella pasión por la medicina. Fue imposible esquivar el camino que la llevó a ser hoy Co-Directora Ejecutiva del Hospital Universitario Fundación Favaloro.
«Fue muy cercano, compartíamos muchas cosas. Era un abuelo para mí», cuenta Laura a Gisela Busaniche en una emisión especial de «Herederos» para Telefe Noticias. «Compartíamos muchísimos momentos juntos durante mi infancia y adolescencia, era cariñoso, solidario y teníamos un vínculo tan cercano que todos los fines de semana venía a casa».
La rutina del finde familiar comenzaba desde temprano: «Teníamos un gran y extenso desayuno. Era muy lindo y se contaban diferentes anécdotas, historias, nos iba transmitiendo sus valores. Eran charlas de abuelo, era dibujar juntos, era hacer un montón de actividades que hacen los abuelos con sus nietos».
«Íbamos con mi hermana a su casa, pasábamos las tardes y a veces nos quedábamos a dormir: veíamos películas, nos cocinaba, le encantaba cocinar, como todos los descendientes de italianos que saben lo que es el buen gusto por la comida. Hacía unos ravioles riquísimos», completa.
Claro que ese abuelo querido lo tenía que compartir con muchísima gente cada vez que salían a la calle: «Íbamos a comer afuera y la gente siempre venía y lo saludaba. Yo era chica pero percibía que René era una persona muy querida por toda la sociedad y no solo su familia».
Laura recuerda que el gran Favaloro destacaba constantemente un valor que para él era fundamental: «Hacía énfasis en que nada se conseguía sin esfuerzo. Hay pocos genios y para todo lo que uno quiera lograr hay que poner mucho esfuerzo».
¿Cuál es el legado de Favaloro? «El desarrollar del bypass no fue algo trascendental para la medicina cardiovascular simplemente, sino para toda la cirugía en sí. Es uno de los 400 inventos más importantes de la humanidad», asegura y remarca algo importante para René: «Él hizo todo eso siendo un médico rural. Era algo que destacaba siempre, ese trabajo para él tenía muchísimo valor y quería ser reconocido como médico rural».
EL DÍA QUE LE CONTÓ QUE IBA A ESTUDIAR MEDICINA
«Cuando le conté que iba a estudiar medicina se emocionó», explica. «Fue muy lindo porque estábamos en su oficina, le conté y se emocionó y me dio un corazón que es una pieza artística que le había regalado un paciente. La obra muestra la anatomía cardíaca y el bypass, que es lo que él desarrolló, y me lo dio como presente de bienvenida a la profesión».
¿Qué tenés de René? «La sensibilidad, por lejos. Los dos nos emocionamos mucho ante escenas que emocionan en la vida».
¿Entendiste su decisión? «¿Quién lo puede entender? Uno no llega a entender ciertos finales. Los desenlaces nos enojan cuando uno no quiere que las cosas se terminen de esa manera».
«Cada vez que escucho su voz no puedo no emocionarme», confiesa Laura y agrega que es lo que más le cuesta: «La voz y el olvido de su voz es lo que más nos cuesta». Y nuevamente destaca otro de sus valores: «Disfrutaba de la vida, disfrutaba lo cotidiano, ver atardeceres, la belleza de un árbol, lo simple y lo cotidiano de la vida».
Esforzándose por no quebrarse, ella apenas puede mencionar que la muerte de Favaloro fue un duro impacto para todo su círculo íntimo: «Su muerte fue un cambio de toda la estructura familiar y con mucho dolor». Y agrega: «Le dolió a toda la sociedad, todavía duele y es un buen momento para recordarlo sobre todo este año. Es un buen momento para celebrar la vida».
Se refiere a que el 12 de julio, Día de la medicina social por su legado, la Fundación lo homenajeará por los 100 años de su nacimiento. «Es un buen momento para volver a poner sobre la mesa los valores que él tanto ponía en práctica y tratar de tener entre todos una sociedad más justa».
¿Cómo llevas el apellido? «Con mucho orgullo. Dejó un legado muy importante y está en cada uno continuarlo».